
Mercados bajo presión el riesgo de un cierre del Gobierno en EE.UU. y sus repercusiones bursátiles
Un nuevo episodio de tensión política en Washington amenaza con sacudir los mercados globales: el próximo 1 de octubre de 2025 marca el inicio del nuevo año fiscal en EE.UU., y si Congreso y Ejecutivo no logran aprobar los fondos de operación, podría producirse un cierre parcial del Gobierno (shutdown).
Ese riesgo ya genera nerviosismo: las Bolsas estadounidenses se encuentran en niveles récord, el oro acumula ganancias notables y los inversores temen que la paralización gubernamental interrumpa la operación normal del Estado en datos económicos, pagos y servicios públicos. Este artículo analiza qué significa un cierre para los mercados financieros, cómo podría influir en la política monetaria y qué escenarios conviene observar para interpretar lo que viene.
¿Por qué podría ocurrir un cierre del Gobierno?
Un shutdown ocurre cuando el Congreso no aprueba el presupuesto o la extensión de los fondos operativos antes de que comience el nuevo año fiscal. En ese momento, partes del Gobierno dejan de operar por falta de financiamiento.
Estos bloqueos presupuestarios no son raros: desde 1980 se han registrado unos 14 cierres parciales del Gobierno en EE.UU. El más reciente fue en 2018, cuando la paralización duró 34 días.
Aunque muchos de estos cierres son evitados en última hora, el riesgo político y la falta de consenso entre demócratas y republicanos activan tensión en los mercados cada vez que llega la fecha límite.
Principales efectos esperados sobre EE.UU.
a) Parálisis de servicios no esenciales
Durante un cierre, el financiamiento se corta para muchas agencias y programas no considerados esenciales. Esto significa que empleados federales podrían dejar de recibir salario temporalmente, museos o parques publicos podrían cerrar, aunque servicios esenciales (controladores aéreos, seguridad nacional, correos) suelen mantenerse operativos.
b) Retrasos en datos económicos
Un cierre puede paralizar la recolección y publicación de estadísticas clave, como el empleo, producción industrial, ventas minoristas. Eso ha generado preocupación entre analistas porque cuadros macroeconómicos se quedan “a oscuras” en momentos relevantes.
c) Impacto en el empleo público
Los empleados federales no esenciales dejan de trabajar —a menudo sin recibir salario hasta que se restablezca el financiamiento. En cierres prolongados, esto puede devenir en despidos temporales, aunque históricamente se paga luego.
d) Confianza e incertidumbre
Un cierre genera más incertidumbre macroeconómica, con riesgo de que inversores reduzcan exposición a activos de riesgo o se refugien en activos seguros (bonos, oro, efectivo).
¿Cómo reaccionan las Bolsas y los mercados?
i) Volatilidad, pero no colapso (si es breve)
Históricamente, los cierres del Gobierno han provocado episodios de volatilidad moderada y de duración limitada en los mercados de acciones y bonos. Los inversores suelen revertir parte del impacto si el cierre no se prolonga demasiado.
Analistas de UBS señalan que muchos cierres son percibidos como “interruptores temporales” más que shocks estructurales, lo que limita su efecto negativo extremo, siempre que la resolución política sea rápida.
ii) Problema para la Fed y política monetaria
Una complicación clave es que la Reserva Federal puede perder acceso a datos importantes del mercado laboral y otros indicadores si esos informes se retrasan por la paralización gubernamental. Esto debilita la base de decisión para ajustar tasas de interés.
En algunos análisis, se sugiere que la Fed podría proceder con recortes de tasas incluso sin datos completos, basándose en expectativas y pronósticos.
iii) Efecto en deuda, crédito y bonos
Aunque el cierre no interfiere con el pago de la deuda (pues no está ligado al techo de deuda en este caso), los mercados de bonos pueden mostrar aumento de rendimientos por aversión al riesgo, o mayor prima exigida por inversores.
iv) Impactos sectoriales
Sectores directamente relacionados con gasto público o contratos federales (defensa, salud, infraestructura federal) pueden resentirse. También, con la incertidumbre general, sectores de consumo discrecional pueden ver desaceleración.
Riesgos específicos en el contexto 2025
Este cierre llega en un momento delicado:
- Las bolsas están en máximos, lo que implica que cualquier factor adverso tiene más potencial de corrección.
- El oro en 2025 ha tenido un muy buen desempeño, acumulando rendimientos elevados, lo que sugiere que los mercados ya están buscando refugios frente a riesgos sistémicos.
- El dólar, que había ganado terreno frente al euro en septiembre, ha perdido parte de ese avance recientemente, lo que indica sensibilidad cambiaria al riesgo.
- Si se retrasa el dato laboral de septiembre, la Fed podría entrar a su reunión de octubre sin información clave para calibrar su política monetaria.
En otras palabras: el cierre podría agregarse como un factor de incertidumbre adicional justo cuando el mercado ya mira con atención a la economía estadounidense y las expectativas sobre tasas.
Escenarios posibles
Escenario A: Cierre breve y acuerdo rápido
- El cierre dura pocos días o semanas, y se alcanza un acuerdo de financiamiento.
- Los mercados experimentan corrección temporal, pero luego recuperan terreno.
- La Fed dispone de suficientes datos rezagados para proceder con posibles recortes o ajustes.
- El efecto sobre crecimiento y empleo es limitado.
Escenario B: Cierre prolongado y tensión acumulada
- El impasse se extiende varias semanas.
- Los analistas advierten sobre impacto mayor en sectores, retraso de datos e incertidumbre generalizada.
- Los mercados reducen exposición al riesgo, se fortalece el dólar, y los bonos de EE.UU. podrían ver aumento de rendimientos exigidos.
- La Fed se ve obligada a actuar con cautela, con posibilidad de mantener tasas altas o moderar recortes.
Escenario C: Reacción política y reformulación de políticas
- Para evitar caos, el Congreso podría aprobar medidas provisionales de financiamiento, sin resolver tema de fondo.
- Podría generarse presión para reformar normas presupuestarias, límites de endeudamiento o mecanismos automáticos de continuidad de gasto.
- Si la Fed recibe señales fuertes, puede ajustar su hoja de ruta monetaria para incorporar el riesgo político.