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Inflación en España se dispara a 2,9 % en septiembre causas, riesgos y lo que se avecina

septiembre 29, 2025
Inflación en España se dispara a 2,9 % en septiembre causas, riesgos y lo que se avecina

Inflación en España se dispara a 2,9 % en septiembre causas, riesgos y lo que se avecina

En septiembre de 2025, España registró un nuevo avance en su tasa de inflación: el Índice de Precios al Consumo (IPC) interanual escaló hasta 2,9 %, dos décimas más que en agosto. 

Este repunte rompe la relativa estabilidad de los meses previos y plantea interrogantes importantes. ¿Qué está impulsando esta subida? ¿Cómo se comporta la inflación subyacente? ¿Qué implicaciones tiene para el Banco Central Europeo (BCE), para el poder adquisitivo de los hogares y para la política monetaria de la eurozona?

El dato central: inflación interanual y subyacente

a) El IPC general

Según datos adelantados del Instituto Nacional de Estadística (INE), en septiembre la inflación interanual subió a 2,9 %, lo que implica un aumento de dos décimas frente al mes anterior.

Este nivel representa el más alto desde febrero de 2025 y rompe con el techo del 2,7 % que se había mantenido en julio y agosto. 

b) Inflación subyacente

La inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) registró un descenso de una décima, ubicándose en 2,3 % interanual. 

Este comportamiento indica que los precios más “persistentes” no elevan la tasa general, sino que el impulso proviene principalmente de componentes volátiles como la energía.

c) Tasa mensual

En términos mensuales (septiembre frente a agosto), el IPC general experimentó una caída del –0,4 %, lo que constituye la mayor disminución mensual desde septiembre de 2024. 

Este contraste —una caída mensual frente a un avance interanual— sugiere que el efecto de base juega un rol relevante en el repunte interanual.

¿Por qué subió la inflación en septiembre?

Varios factores explican el repunte de la inflación interanual en septiembre. Aquí los más relevantes:

a) Efecto base

El año anterior, en septiembre de 2024, los precios de los carburantes y la electricidad habían experimentado descensos pronunciados. En 2025, esos mismos componentes bajan, pero con menor intensidad, lo que genera un “efecto base” que eleva la tasa interanual. 

Este fenómeno estadístico es crítico: cuando la comparación es con una base muy baja, los incrementos actuales se reflejan como subidas incluso si el precio absoluto no cambia mucho.

b) Energía y carburantes

El menor descenso o la moderación en la caída de los precios de la electricidad y los combustibles ha sido uno de los principales motores del repunte del IPC. 

Aunque estos componentes son volátiles, su peso en la canasta de consumo les da un impacto significativo.

c) Estacionalidad y precios regulados

Septiembre suele asociarse a aumentos en gastos como educación, transporte y ocio, lo que genera presiones estacionales. Además, los precios regulados (luz, tarifas públicas) contribuyen en esta fase. 

d) Alimentos frescos y otros componentes

Aunque los alimentos no elaborados tienden a ser volátiles, su moderación o tendencias mixtas en 2025 han permitido que el alza se concentre más en energía. En el contexto del repunte general, su efecto comparativo es menor, dando protagonismo a los bloques vinculados al suministro energético.

e) Comparación internacional y promedio europeo

España mantiene una inflación por encima de la media europea, que se sitúa alrededor de 2,1 %. Esta posición desfavorable complica la meta del BCE de inflar cerca del 2 %.

El contraste con otros países de la eurozona también resalta diferencias en estructuras de costos, contratos energéticos y sensibilidad a los precios internacionales.

Riesgos, desafíos y restricciones para la política monetaria

El repunte de la inflación abre múltiples interrogantes desde la política monetaria y el manejo macroeconómico.

i) Presión para mantener tipos elevados

El BCE ha venido aplicando una política restrictiva para contener la inflación. Este repunte podría motivar que el organismo mantenga su tasa de referencia en niveles más altos durante más tiempo. 

Algunos miembros del euro podrían presionar por entender que la meta del 2 % aún no está asegurada, generando debate interno.

ii) Distorsión entre componentes volátiles y subyacentes

El hecho de que la inflación subyacente baje mientras la general sube sugiere que la presión no es interna sino importada. Eso limita el margen de acción directo de política monetaria para contener precios de energía, que suelen responder a factores externos.

iii) Vulnerabilidad ante choques externos

Energía, materias primas y precios internacionales están sujetos a factores globales (geo­política, oferta, cambio climático). Si un nuevo shock energético o conflicto internacional eleva los precios de insumos, el IPC general podría escalar aún más.

iv) Efectos distributivos

La inflación impacta de forma desigual. Hogares de menores ingresos gastan una mayor proporción de su ingreso en energía, transporte y alimentos, por lo que sienten más fuerte los impactos de estas subidas.

v) Credibilidad del BCE y expectativas

La estabilidad de expectativas es fundamental. Si los actores económicos perciben que la inflación no se controla, pueden ajustar anticipadamente precios y salarios, generando un efecto de segunda ronda. El BCE debe demostrar que puede sostener la contención sin sacrificar el crecimiento excesivamente.

Escenarios futuros: hacia final de 2025 y 2026

Según la evolución de precios energéticos, condiciones internacionales y decisiones del BCE, se pueden proyectar diferentes escenarios:

Escenario A: Moderación estable

  • Los precios energéticos bajan en los próximos meses, amortiguando el efecto base.
  • La inflación general cede gradualmente hacia el entorno del 2,3 – 2,5 %.
  • La inflación subyacente sigue su senda descendente, convergiendo hacia 2 %.
  • El BCE baja tasas de forma gradual si el panorama lo permite.

Escenario B: Inflación persistente o rebound

  • Nuevos choques energéticos o alzas en combustibles reactivan presiones inflacionarias.
  • El IPC se mantiene por encima del 3 % durante meses, complicando las metas del BCE.
  • La inflación subyacente se estanca o vuelve a subir si los costos se trasladan a servicios.
  • El BCE mantiene tasas altas por más tiempo y amenaza el crecimiento.

Escenario C: Choque externo severo

  • Crisis geopolítica, interrupciones de suministro o alza brusca de petróleo impactan energía y transporte.
  • La inflación supera el 3,5 % interanual, impulsando fuerte reacción del BCE.
  • Los costes financieros presionan empresas y consumidores, aumentando vulnerabilidades.
  • Se puede generar una crisis de confianza si los precios se descontrolan.