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Brasil 2024 cuando la producción agrícola cae un 3,9 % y la inflación siente el golpe

septiembre 13, 2025
Brasil 2024 cuando la producción agrícola cae un 3,9 % y la inflación siente el golpe

Brasil 2024 cuando la producción agrícola cae un 3,9 % y la inflación siente el golpe

En 2024, Brasil, uno de los gigantes agrícolas del mundo, enfrentó una doble crisis: condiciones climáticas adversas y precios internacionales deprimidos. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el valor total de la producción agrícola cayó un 3,9 % respecto de 2023, ubicándose en R$ 783.200.000.000. Este retroceso plantea interrogantes sobre el impacto en la cadena productiva, en los costos internos y sobre todo en la inflación, tanto en Brasil como potencialmente en otros países dependientes de esos productos.

¿Qué muestra el informe del IBGE?

El informe “Producción Agrícola Municipal” presentado por el IBGE revela varios datos relevantes:

  • El valor de producción agrícola brasileña en 2024 fue de R$ 783.2 mil millones, lo que implica una caída de 3,9 % respecto al año anterior.
  • Ya en 2023 había habido un descenso del 2,3 % frente a 2022, de modo que 2024 marca el segundo año consecutivo con retrocesos.
  • Producción de soya y maíz fueron dos productos muy afectados: la soya cayó cerca del 5 % en valor y el maíz lo hizo aún más, con una baja de producción de alrededor del 12,9 %.
  • En cuanto a volumen total, la producción de cereales, leguminosas y oleaginosas se redujo en 7,5 % respecto a 2023, mientras que el área sembrada creció ligeramente, un 1,2 %.

Estos datos muestran que la caída no se debe a una reducción de superficie sembrada en la mayoría de los casos, sino más bien a una combinación de factores climáticos que reducen el rendimiento, y la baja de precios internacionales que reduce la rentabilidad.

Causas principales de la caída

a) Condiciones climáticas adversas

El fenómeno climático de El Niño afectó fuertemente en 2024, impactando rendimientos en varias regiones clave:

  • Sequías prolongadas en el Centro-Norte, Sudeste y parte de Paraná, que redujeron la producción de cultivos de verano.
  • Lluvias intensas e inundaciones en regiones como Río Grande del Sur, que afectaron la productividad agrícola, dañaron suelos, sembríos e infraestructura logística local.

b) Precios internacionales deprimidos

  • Muchos productos agrícolas brasileños tienen destino de exportación. Cuando los precios externos bajan, el valor de lo producido, incluso si el volumen no se reduce tanto, cae al calcularse a precios internacionales o a aquellos influenciados por ellos.
  • La combinación de oferta mundial, competencia, condiciones climáticas globales y demandas cambiantes reduce el atractivo de los cultivos brasileños en ciertos mercados.

Efectos sobre inflación interna

La producción agrícola está íntimamente vinculada con el precio de los alimentos frescos, procesados y también de insumos para ganadería. Así, una caída del valor de producción puede generar presiones inflacionarias por varias vías:

  • Costos más altos para insumos: semillas, fertilizantes, transporte, maquinaria afectada por sequías o lluvias intensas. Si los agricultores enfrentan menores rendimientos, los costos unitarios suben, lo que puede trasladarse a precios al consumidor.
  • Disminución de oferta interna: con menos producción cultivable efectiva o rendimientos deprimidos, algunos productos alimenticios podrían escasear, elevando precios locales, especialmente en regiones dependientes de producción nacional.
  • Inflación importada o sustitución de importaciones: si Brasil importa ciertos productos agrícolas o insumos agrícolas, la baja producción interna puede aumentar la dependencia de importaciones, con los costos asociados del transporte, tipo de cambio, aranceles, lo que también alimenta inflación.

Sectores más afectados y vulnerabilidades

Algunos cultivos y regiones tienen más exposición:

  • Soja y maíz, dos productos clave de la agricultura brasileña, sufrieron caídas significativas. Como productos muy ligados al comercio exterior, cuando su precio baja o su cosecha falla, los impactos multiplican.
  • Regiones como el Centro-Norte, Paraná y Río Grande del Sur fueron muy afectadas por condiciones climáticas extremas (sequías, inundaciones). Estas regiones pueden sentir más los efectos económicos, sociales y laborales.
  • Productores pequeños y medianos, que tienen menor capacidad de mitigación frente a pérdidas, sin reservas o sin acceso fácil a crédito, se encuentran bajo mayor riesgo.

Implicaciones para la población y los precios de alimentos

El alimento es un componente clave de la inflación para todos los hogares, y las alzas en ese rubro tienden a pesar más sobre quienes tienen ingresos medios o bajos. Algunas consecuencias posibles son:

  • Subida de precios de alimentos agrícolas básicos, como maíz, que al bajar producción afecta el costo del pienso, lo que repercute en el precio de los productos animales, huevos, carnes.
  • Aumento del precio de los alimentos frescos que dependen directamente de producción local, frutas, hortalizas, legumbres.
  • Posible traslado de los mayores costos de transporte, fertilizantes, semillas al consumidor final.

Riesgos macroeconómicos adicionales

Además de la inflación alimentaria, esta caída productiva trae otros riesgos:

  • Caída de ingresos de exportación agrícola, lo que puede afectar la balanza comercial brasileña y el tipo de cambio, generando presiones cambiarias.
  • Pérdida de empleo rural: productores con rendimientos más bajos podrían despedir trabajadores o reducir inversiones locales.
  • Menor inversión agrícola: si los precios siguen bajos o las pérdidas climáticas se perciben como frecuentes, la inversión privada podría retraerse.
  • Efectos fiscales: menores ingresos fiscales sobre el sector agrícola, subsidios mayores o intervenciones podrían ser necesarias para estabilizar precios o ayudar productores afectados.

¿Cómo responde Brasil y qué políticas podría reforzar?

Para mitigar estos efectos y evitar que la caída productiva derive en inflación persistente, Brasil podría considerar:

  • Fortalecimiento de seguros agrícolas climáticos: compensaciones cuando eventos extremos dañan cultivos.
  • Incentivos fiscales o subsidios acotados para productores que implementan tecnologías de riego, resistencia al clima, infraestructura que reduzca pérdidas.
  • Facilitar financiamiento barato para renovación de maquinaria, mejora genética, almacenaje, logística, para que los productores puedan amortizar choques climáticos.
  • Políticas de apoyo al transporte y cadena logística para reducir pérdidas poscosecha, evitar sobrecostos de traslado hasta mercados internos.
  • Fomentar diversificación de cultivos, rotaciones, prácticas agroecológicas, uso de datos climáticos para anticiparse a condiciones adversas.

Escenarios futuros: lo que puede esperarse

Dependiendo de cómo evolucionen los factores climáticos, externos y las políticas internas, se pueden delinear distintos escenarios:

EscenarioSupuestos principalesPosible evolución de producción y precios
Escenario optimistaBuenas condiciones climáticas en próximos años, recuperación de precios internacionales, políticas de apoyo implementadas bienProducción agrícola se recupera; precios de alimentos estabilizados o suben moderadamente; inflación general mejor controlada
Escenario de riesgo moderadoContinuidad de sequías/inundaciones recurrentes, precios internacionales volátiles, apoyo político parcialProducción fluctuante, precios de alimentos elevados; inflación doméstica con altibajos
Escenario adversoChoques climáticos severos seguidos de malas señales en precios internacionales, poca respuesta estatal, costos crecientesAgri-producción golpeada; fuerte alza de precios internos; inflación alimentaria elevada, mayor presión sobre los hogares

Relación con inflación general y expectativas

La caída del valor de la producción agrícola tiene efectos no solo puntuales, sino también simbólicos sobre expectativas:

  • Cuando los agentes económicos (consumidores, comerciantes, productores) viven años con producción débil y precios externos adversos, aumentan las expectativas de inflación futura.
  • Si el gobierno no comunica medidas efectivas para mitigar los riesgos, la incertidumbre puede incrementarse, favoreciendo ajustes preventivos de precios, aumento en costos salariales pedidos, etc.
  • Los mercados emergentes exportadores como Brasil pueden ver afectado su tipo de cambio si las exportaciones agrícolas caen, lo que puede alimentar inflación importada.

La caída del 3,9 % en el valor de la producción agrícola brasileña en 2024 es un claro llamado de atención. No se trata solo de una cifra más, sino de un síntoma de vulnerabilidad frente al cambio climático, la dependencia de precios externos, y la necesidad de políticas que protejan la oferta agrícola interna.

Para contener sus efectos inflacionarios, Brasil debe fortalecer la resiliencia del sector agrícola mediante seguro climático, financiamiento accesible, mejoras en cadena logística y políticas de apoyo. Si no lo hace, los riesgos se acumulan: inflación alimentaria, inseguridad de suministro, pérdida de competitividad.

Sin embargo, hay espacio para el optimismo si las condiciones mejoran, los precios internacionales se recuperan y las políticas públicas refuerzan los instrumentos correctos.