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Arancel automotor en Colombia cómo el fin del acuerdo con Brasil encarecerá los autos y alimentará presiones inflacionarias

septiembre 20, 2025
Arancel automotor en Colombia cómo el fin del acuerdo con Brasil encarecerá los autos y alimentará presiones inflacionarias

Arancel automotor en Colombia cómo el fin del acuerdo con Brasil encarecerá los autos y alimentará presiones inflacionarias

Colombia está al borde de un cambio profundo en su política comercial automotor. El próximo 13 de octubre terminaría el Acuerdo de Alcance Parcial (ACE-72) con Brasil, que permitía introducir vehículos brasileños con arancel 0 %, hasta un cupo de 50.000 unidades al año. Con su vencimiento, el gravamen para esos autos podría subir abruptamente a 16,1 %, e incluso alcanzar 35 % si no cumplen requisitos estrictos de integración nacional. 

Este escenario amenaza con modificar el mercado automotor colombiano: marcas, concesionarios, costos logísticos y, sobre todo, el precio para los consumidores. En un país donde la inflación y la capacidad de compra ya están rezagadas, la medida podría sumar presión al bolsillo de millones de ciudadanos.

¿Qué es el ACE-72 y qué se perderá?

El ACE 72 (Acuerdo de Complementación Económica 72) fue un pacto comercial entre Colombia y Brasil, vigente desde 2017, que permitía importar autos fabricados en Brasil con arancel 0 %, hasta un límite de 50.000 unidades anuales.

Este trato fue pactado para fomentar la integración de las cadenas productivas automotoras dentro del Mercosur y promover el intercambio industrial. En la práctica, permitió que decenas de marcas brasileñas ofertaran modelos con precios competitivos en el mercado colombiano, beneficiando al consumidor final.

Cuando el acuerdo expire:

  • El arancel volvería al estándar: 16,1 % para vehículos que acrediten al menos 60 % de contenido local.
  • Si no cumplen ese requisito, el arancel podría subir mucho más, hasta 35 %.
  • Muchas unidades importadas actualmente entrarían automáticamente en el nuevo régimen, lo que subiría su precio base.
  • Marcas que dependen de Brasil para varios modelos podrían verse obligadas a renegociar sus estrategias de oferta y logística.

Así, el fin del ACE-72 no es solo un cambio arancelario: es un giro estructural en la competitividad del mercado automotor colombiano.

Cuantificando el impacto: cuántos autos podrían verse afectados

Según los datos de Andemos (Asociación Nacional de Movilidad Sostenible) y estadísticas del Ministerio de Comercio, el cupo anual de 50.000 unidades es real: cada año, esa cantidad de autos provenientes de Brasil entra al mercado colombiano bajo los beneficios del ACE-72. 

Además:

  • Las importaciones automotrices desde Brasil generaban flujos por cerca de USD 398,6 millones anuales en promedio desde la vigencia del pacto.
  • En 2024, el total de importaciones automotoras alcanzó USD 780,16 millones, representando un 23,23 % del total de importaciones desde Brasil.
  • En el primer semestre de 2025, ya se observan movimientos anticipatorios: se importaron cerca de USD 396,27 millones, con picos en febrero (36,6 millones) y marzo (69,3 millones).

Estos datos sugieren que muchas empresas importadoras están adelantando compras para evitar el impacto del nuevo arancel. Por eso algunos meses mostraron valores inusualmente altos. 

En resumen: hay hasta 50.000 vehículos al año que podrían encarecerse directamente por nuevo arancel, y muchas unidades ya están en tránsito o en stock para amortizar el golpe inicial.

Cómo impactará el precio y el consumidor final

Para el usuario de a pie, el cambio podría traducirse en:

a) Aumento en el precio de los autos nuevos brasileros

Si un vehículo que hoy entra con arancel 0% pasa a tener un gravamen de 16,1 %, ese porcentaje —sumado a otros costos— se trasladará al precio final. Para modelos de baja gama, esto puede representar miles de dólares de diferencia.

b) Reducción de opciones o abandono de modelos

Algunas marcas ya han advertido que ciertos modelos importados desde Brasil podrían dejar de aparecer en Colombia si el arancel encarece su costo. Marcas como Volkswagen, Toyota, Citroën, Fiat, RAM, Chevrolet, Peugeot, Hyundai y GM serían las más afectadas. 

Por ejemplo, Honda dijo que Brasil suministra entre 60 % y 70 % de sus modelos al mercado colombiano, y que el arancel podría obligar a cancelar modelos proyectados para 2026. 

c) Reorientación de la oferta importada

Algunas marcas podrían buscar importar desde otros países exentos de aranceles o producir localmente para evitar el gravamen. Eso implicaría cambios en la logística, inversión en ensamblaje local o renegociación de cadenas de suministro.

d) Fomento al mercado de usados

Al encarecer el auto nuevo importado, muchos consumidores podrían optar por vehículos usados, más baratos pero generalmente con mayores costos de mantenimiento, menos eficiencia y posibles implicaciones ambientales.

e) Erosión del poder adquisitivo

Este aumento de costo para un bien duradero impacta directamente al costo de vida, especialmente en segmentos medios y medios-altos que planean renovar vehículos. En un contexto de inflación y restricción presupuestaria, esta carga adicional puede afectar decisiones de compra.

Riesgos macroeconómicos y efectos sobre la inflación

Aunque el foco primario del cambio es comercial, sus efectos pueden filtrarse hacia la dinámica inflacionaria. Algunas vías posibles:

  • Transmisión al índice de precios: los autos forman parte de la canasta de bienes durables, y un encarecimiento puede trasladarse parcial o gradualmente al IPC.
  • Efecto costo de capital e inversión: si las empresas automotrices deben reajustar precios y márgenes, pueden trasladar costos al resto de la cadena productiva.
  • Presión sobre la industria local y subsidios implícitos: al proteger más al mercado local automotor, se corre el riesgo de generar distorsiones que requieran subsidios, lo cual tiene efecto fiscal, y eventualmente fiscal e inflacionario.
  • Menor competencia: si las importaciones se vuelven más caras, los productores nacionales tienen menos presión competitiva para contener precios, lo que puede generar aumentos en vehículos locales también.

Desafíos logísticos, reglamentarios y de integración

Para que el nuevo régimen funcione o atenuar su impacto, hay elementos clave que el Estado y el sector deben resolver:

  • Certificación de contenido local: el requisito de 60 % de integración local no es trivial. Las empresas deberán demostrar cumplimiento técnico, cadena de proveedores y homologaciones para acceder al arancel preferencial.
  • Actualización de normas y reglas de origen: los estándares para determinar contenido local, costos imputables y verificación internacional deben estar claros y ser confiables.
  • Plazo de transición y gradualidad: un cambio abrupto generará caos; un plan escalonado podría suavizar el impacto.
  • Negociaciones con Brasil: es posible que Colombia busque renegociar o extender partes del acuerdo para no generar un “shock” comercial.
  • Monitoreo de precios abusivos: se requerirá vigilancia contra posibles especulaciones en precios por parte de algunos actores que retarden la aplicación del nuevo arancel.
  • Incentivos para producción nacional: para que la industria local (autopartes, ensambladoras) se fortalezca y compense parcialmente el encarecimiento externo.

Posibles escenarios a futuro

Para anticipar el futuro, conviene dividir en escenarios según la respuesta del Estado, el mercado y las marcas:

Escenario 1: Transición negociada con alivios

  • Colombia negocia con Brasil una extensión parcial o prórrogas.
  • Se concede un periodo intermedio con aranceles menores o escalonados.
  • Las marcas adaptan modelos locales, fortalecen ensambladoras.
  • El golpe al consumidor se modera, y el mercado se ajusta con relativa estabilidad.

Escenario 2: Aplicación plena del arancel

  • En octubre, el arancel sube a 16,1 % sin extensiones.
  • Muchos modelos importados desaparecen, se ajustan precios al alza.
  • Mercado de usados crece significativamente.
  • Industria local busca captar parte de la demanda perdida, pero no suficiente para compensar totalmente.
  • Alguna presión inflacionaria adicional, especialmente en bienes durables.

Escenario 3: Reversión política o protestas

  • Frente al impacto social, el Gobierno podría revertir o moderar la medida.
  • Sectores afectados (concesionarios, consumidores, gremios) podrían presionar paquetes compensatorios.
  • Se podría activar nueva negociación comercial.

Comparativo con experiencias internacionales

El fenómeno no es exclusivo de Colombia. Otros países han aplicado o retirado acuerdos automotores con Brasil o Mercosur con resultados variados:

  • En varios países de Centroamérica se han visto suspensiones temporales de preferencias automotrices para proteger industrias locales, con efectos mixtos en precios, inversión y oferta.
  • En Brasil, el gobierno ha aumentado aranceles para autos eléctricos e híbridos entre 25 % y 30 % para proteger la producción nacional.
  • En el plano regional, algunos países han tratado de reducir aranceles externos comunes para bienes industriales, incluyendo autos, como Brasil ha propuesto reducir su arancel externo común.

Estos precedentes indican que los cambios automotores dependen más de estructuras industriales internas, de integración regional y de poder de negociación que de simples medidas arancelarias.

El fin del ACE-72 con Brasil es un punto de inflexión para el mercado automotor colombiano. Lo que hoy es una ventaja competitiva para consumidores y marcas importadoras, podría convertirse en un riesgo para la accesibilidad, variedad y precio de los autos. En un contexto donde la inflación y la presión sobre el poder adquisitivo ya están presentes, esta medida añadiría una carga extra al bolsillo nacional.

Para mitigar los efectos, el Gobierno deberá jugar con cautela: negociar con Brasil, ofrecer transiciones escalonadas, fortalecer normativa de contenido local y colaborar con la industria automotriz para que pueda adaptarse.